17 mayo, 2007

Jornadas de decisión

Desde que llegué al convento he conocido muchos priores y muchos Padres Provinciales y Ecónomos y Consejeros y varios Padres Generales. He participado en algunas de estas elecciones dentro de nuestros Capítulos, especialmente, claro, en los de la Provincia, porque los Capítulos Generales no están al alcance de todos, que la Orden es grande y yo soy una hormiga pequeña en medio de tanta cosa administradora.
Pero en todos los casos, desde que la Orden es Orden y hasta hoy y esto en todas las Órdenes y Congregaciones... las elecciones siempre han sido y son sobre personas que los electores consideran idóneas, que no son sino algunos de esos electores, miembros con votos solemnes en la Congregación. Con alguna pequeña diferencia estas normas son iguales en todos los casos, dejando bien claro que nadie es candidato, que todos son electores y todos (entre los ya dichos) son elegibles. Y ahora no me digan que no nos ahorramos carteles y vocerío de plaza.
Cuando uno de nosotros llega a un puesto de responsabilidad no accede por la vía del mérito con altavoces. La labor callada, responsable y humilde es el mejor cartel para realizar un trabajo en bien de los propios hermanos.

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