Me encantan esas comunicaciones, como decimos en la vida conventual, que llegan con bastante frecuencia hasta este escritorio. Son fórmulas de mensajería de relámpago con historias en su mayoría escalofriantes o solidarias, caritativas, humanas. Ya comprendo, por cuanto aquí vienen a quejarse sobre los malos usos de estos aparatos, que no todos esos cuentos llenos de fotos son precisamente de Perrault o Andersen, sino fruto de mentes asociadas al mismo demonio que buscan el intercambio de la sonrisa fácil, el chiste desvergonzado y un gran catálogo de ficticias sensualidades. A estos que me dicen cuánto les llega a su mesa les sugiero que desoigan y eliminen. Pero de los otros, de tan bonitas historias, como las más recientes aquí venidas sobre cosas de religión, de fe, imágenes de Nuestro Señor en estos días del final de la Pascua, de estos conviene incluso archivar y coleccionar láminas tan maravillosas.
Y un último bloque de historias con fotos son esos otros, simpáticos, ocurrentes, sin duda graciosos, con imágenes sorprendentes de arquitecturas, de humor, de jardines... De todo esto hay muestras que nos hablan, sobre todo, de la belleza creada en el mundo.
Entre las muchas personas que envían hasta este escritorio historias sensacionales o divertidas se encuentra una asidua comunicadora, creo que española, de nombre Enma. A ella le agradezco tal colección de lugares de este planeta, magníficos y siempre sorprendentes. Gracias.
17 mayo, 2007
Jornadas de decisión
Desde que llegué al convento he conocido muchos priores y muchos Padres Provinciales y Ecónomos y Consejeros y varios Padres Generales. He participado en algunas de estas elecciones dentro de nuestros Capítulos, especialmente, claro, en los de la Provincia, porque los Capítulos Generales no están al alcance de todos, que la Orden es grande y yo soy una hormiga pequeña en medio de tanta cosa administradora.
Pero en todos los casos, desde que la Orden es Orden y hasta hoy y esto en todas las Órdenes y Congregaciones... las elecciones siempre han sido y son sobre personas que los electores consideran idóneas, que no son sino algunos de esos electores, miembros con votos solemnes en la Congregación. Con alguna pequeña diferencia estas normas son iguales en todos los casos, dejando bien claro que nadie es candidato, que todos son electores y todos (entre los ya dichos) son elegibles. Y ahora no me digan que no nos ahorramos carteles y vocerío de plaza.
Cuando uno de nosotros llega a un puesto de responsabilidad no accede por la vía del mérito con altavoces. La labor callada, responsable y humilde es el mejor cartel para realizar un trabajo en bien de los propios hermanos.
Pero en todos los casos, desde que la Orden es Orden y hasta hoy y esto en todas las Órdenes y Congregaciones... las elecciones siempre han sido y son sobre personas que los electores consideran idóneas, que no son sino algunos de esos electores, miembros con votos solemnes en la Congregación. Con alguna pequeña diferencia estas normas son iguales en todos los casos, dejando bien claro que nadie es candidato, que todos son electores y todos (entre los ya dichos) son elegibles. Y ahora no me digan que no nos ahorramos carteles y vocerío de plaza.
Cuando uno de nosotros llega a un puesto de responsabilidad no accede por la vía del mérito con altavoces. La labor callada, responsable y humilde es el mejor cartel para realizar un trabajo en bien de los propios hermanos.
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